"Night spaces” es el termino que estoy investigando en estos momentos. No tiene traducción fiable. “Espacios nocturnos” quizás. La noche como construcción literaria, sociológica e inclusive antropológica tiene mucho que decir. La noche como objeto de estudio rara vez aparece en los textos académicos.
¿Que sucede en la noche en términos de acciones humanas? ¿En que se diferencia del día? ¿Que sucede en lo cultural? ¿En lo económico o material? ¿Qué le sucede a espacio público y al espacio privado cuando la noche sucede? No son preguntas banales, sino parte de un compendio de ideas que algunos sociólogos, cronistas y planificadores urbanos se han hecho en los últimos tiempos. Acaso mi maestro Carlos Monsivais, cronista de Ciudad de México, habla de la ciudad en términos de lo nocturno como espacios que se achican. La Ciudad de México, a pesar de su evidente cosmopolitismo, ofrece cada vez una versión mas “light” de lo nocturno, es decir, no hay oferta de espacios públicos seguros, que la gente pueda ir, no hay opciones que hagan de la vida nocturna una alternativa no solo de diversión sino de construcción de ciudadanía. En los países que colindan con el ecuador se observa una necesidad, quizás una manifestación total de búsqueda de lo nocturno. Las manifestaciones mas espontáneas: la fiesta, la danza, la conversación, los peer groups, lo banal como construcción lúdica, la fraternización con el “otro”, lo alternativo, todo tiene necesidad de espacios que los pueden incorporar de una manera u otra. Ese “espacio vital” contrapone formas de asociación y significado que se deben ser estudiados en términos de espacio publico y espacio privado.
Algunas imágenes sobre la privatización de la noche:
IMAGEN 1: Bar Milano: 2: 00a.m la juventud del D.F se aproxima al baile de forma tímida y con un cierto desinterés. Debe ser que los "fresas" necesitan primero tomarse unas cervezas antes de despegar. Mas allá de eso, la música es universal, el joven mexicano de clase media escucha lo que escucha todas las clases medias del mundo. La "desfragmentación del baile", es decir cuando el individuo baila solo o de manera tribal es común. La fiesta no es fiesta sin la "leche" (cerveza) que se toma hasta la madrugada y luego, como Dios manda, se desayuna tamales picantes mientras se ve el amanecer. Los hombres bailan poco, las mujeres adquieren cierta presencia y se individualizan dentro del baile. La pareja al menos que se este “ligando”, no existe. La noche significa la capacidad de ser “otro”. Se olvidan los problemas, pero se anda con cuidado en la calle. Ciudad de México de noche era mejor antes.
IMAGEN 2: Hard Rock Café de Puerto Vallarta. 3: 00 a.m. Entramos a comprobar la “gringización” de la juventud mexicana. Nada más cierto. Un espacio nocturno hecho a la medida. Si tienes Dinero. El elemento de lo estético y el público lo confirma. En un pueblo turístico como este, con 60 establecimientos dedicados al baile, en el sito más gringo de todos, fotos del Rey Elvis, de James Dean, de las grandes bandas de rock, no se ve ni un gringo. Todos son mexicanos, no hay ni un turista. El rock suena a millón: el rock para los “fresas” y los jóvenes en México significa libertad, rebeldía, canalización de las angustias de vivir en una país del mariachi y del tequila. Es por un rato agradable no ser mexicano. Sin embargo ello es imposible, pues el rock también es mexicano, las bandas cantan en español, las letras hablan del amor perdido, de los problemas sociales, de lo cotidiano urbano, de la chica hermosa que se me escapo, del tequila que se necesita para olvidar el “maldito amor”. Como en los otros casos, el público establece una comunión con el baile. Se baila en grupo, no sólo, se baila para declararle al ser joven, un arraigo necesario. Se exclama, se grita, se siente, se vive el momento junto a tu grupo, y luego se pide una coca cola y se vive este lugar tan “gringo”, tan “alejado de todo” lo mexicano. Los espacios nocturnos tienen un precio.
IMAGEN 3: Plaza de los Mariachi, Guadalajara, 700pm. El mariachi reúne a la familia, y es el elemento constitutivo de la fiesta en Jalisco. Mujeres, ancianos, hombres y niños sin importar la hora llegan a celebrar cualquier cosa con un mariachi. Se viene en familia, se baila en familia, y luego se va toda la familia. Se piden los clásicos con un aire de importancia, y se canta como si fuera la última vez. Hay una plaza pública de escasas dimensiones, pero cualquier puede ir a disfrutar de la música. El espacio publico en este caso cuesta poco.
¿Que sucede en la noche en términos de acciones humanas? ¿En que se diferencia del día? ¿Que sucede en lo cultural? ¿En lo económico o material? ¿Qué le sucede a espacio público y al espacio privado cuando la noche sucede? No son preguntas banales, sino parte de un compendio de ideas que algunos sociólogos, cronistas y planificadores urbanos se han hecho en los últimos tiempos. Acaso mi maestro Carlos Monsivais, cronista de Ciudad de México, habla de la ciudad en términos de lo nocturno como espacios que se achican. La Ciudad de México, a pesar de su evidente cosmopolitismo, ofrece cada vez una versión mas “light” de lo nocturno, es decir, no hay oferta de espacios públicos seguros, que la gente pueda ir, no hay opciones que hagan de la vida nocturna una alternativa no solo de diversión sino de construcción de ciudadanía. En los países que colindan con el ecuador se observa una necesidad, quizás una manifestación total de búsqueda de lo nocturno. Las manifestaciones mas espontáneas: la fiesta, la danza, la conversación, los peer groups, lo banal como construcción lúdica, la fraternización con el “otro”, lo alternativo, todo tiene necesidad de espacios que los pueden incorporar de una manera u otra. Ese “espacio vital” contrapone formas de asociación y significado que se deben ser estudiados en términos de espacio publico y espacio privado.
Algunas imágenes sobre la privatización de la noche:
IMAGEN 1: Bar Milano: 2: 00a.m la juventud del D.F se aproxima al baile de forma tímida y con un cierto desinterés. Debe ser que los "fresas" necesitan primero tomarse unas cervezas antes de despegar. Mas allá de eso, la música es universal, el joven mexicano de clase media escucha lo que escucha todas las clases medias del mundo. La "desfragmentación del baile", es decir cuando el individuo baila solo o de manera tribal es común. La fiesta no es fiesta sin la "leche" (cerveza) que se toma hasta la madrugada y luego, como Dios manda, se desayuna tamales picantes mientras se ve el amanecer. Los hombres bailan poco, las mujeres adquieren cierta presencia y se individualizan dentro del baile. La pareja al menos que se este “ligando”, no existe. La noche significa la capacidad de ser “otro”. Se olvidan los problemas, pero se anda con cuidado en la calle. Ciudad de México de noche era mejor antes.
IMAGEN 2: Hard Rock Café de Puerto Vallarta. 3: 00 a.m. Entramos a comprobar la “gringización” de la juventud mexicana. Nada más cierto. Un espacio nocturno hecho a la medida. Si tienes Dinero. El elemento de lo estético y el público lo confirma. En un pueblo turístico como este, con 60 establecimientos dedicados al baile, en el sito más gringo de todos, fotos del Rey Elvis, de James Dean, de las grandes bandas de rock, no se ve ni un gringo. Todos son mexicanos, no hay ni un turista. El rock suena a millón: el rock para los “fresas” y los jóvenes en México significa libertad, rebeldía, canalización de las angustias de vivir en una país del mariachi y del tequila. Es por un rato agradable no ser mexicano. Sin embargo ello es imposible, pues el rock también es mexicano, las bandas cantan en español, las letras hablan del amor perdido, de los problemas sociales, de lo cotidiano urbano, de la chica hermosa que se me escapo, del tequila que se necesita para olvidar el “maldito amor”. Como en los otros casos, el público establece una comunión con el baile. Se baila en grupo, no sólo, se baila para declararle al ser joven, un arraigo necesario. Se exclama, se grita, se siente, se vive el momento junto a tu grupo, y luego se pide una coca cola y se vive este lugar tan “gringo”, tan “alejado de todo” lo mexicano. Los espacios nocturnos tienen un precio.
IMAGEN 3: Plaza de los Mariachi, Guadalajara, 700pm. El mariachi reúne a la familia, y es el elemento constitutivo de la fiesta en Jalisco. Mujeres, ancianos, hombres y niños sin importar la hora llegan a celebrar cualquier cosa con un mariachi. Se viene en familia, se baila en familia, y luego se va toda la familia. Se piden los clásicos con un aire de importancia, y se canta como si fuera la última vez. Hay una plaza pública de escasas dimensiones, pero cualquier puede ir a disfrutar de la música. El espacio publico en este caso cuesta poco.
“Night spaces” es un concepto es que pretende explicar el uso del espacio público y las consecuencias para los grupos sociales durante las horas nocturnas. Las imágenes de arriba se repiten de ciudad en cuidad en America Latina con la certeza que los espacios nocturnos son cada vez mas limitados para aquellos que no poseen los medios económicos. La privatización de la noche significa una economía de la noche que debería tener unas particularidades: ¿el trabajo en la noche como es?, ¿el clasismo es nocturno?, el rebusque, la transacción por la seguridad, el costo familiar de trabajar de noche; ¿la prostitución y las drogas también tienen su espacio vital nocturno?. ¿Y las clases populares como quedan en esto?
Estudios en pleno desarrollo…CONTINUARA
2 comentarios:
Muy buen post... veamos que nos depara Caracas....
Hola,
como te diste cuenta son mas preguntas que respuestas...creo que esa es la idea...para arrancar. Lo demas será historia y anecdotas. El otro día estuve en plaza altamira un rato y conte unos seis grupos distintos cohabitando en la Plaza como a las 1030pm. Los llamare para tu curiosidad de forma informal como los random, los "peor es nada", las banditas, los fresa, los turistas y lo que yo llamaria las parejitas. En todo caso se comprueba nuestra hipotesis inicial sobre el espacio público.
nos vemos en un rato...
G
Publicar un comentario