viernes, 5 de diciembre de 2008

Caracas POSITIVA


En Caracas, la ciudad del de clima perfecto, las mañanas son brillantes, limpias y marcadas por el verdor de toda su naturaleza. Siempre he pensando que los caraqueños aman a sus “matas”, a sus plantas con una devoción inusual. Su relación con la naturaleza obedece a la generosidad que brinda la latitud y cierta animosidad con todo lo natural.

Mientras la mitad de la ciudad todavía duerma, basta pasearse por alguno de los mercados de la ciudad para tomarle el pulso a la sana costumbre de comprar todo fresco. La ciudad es un paraíso de frutas tropicales, como pocas partes en el mundo, las frutas aquí tienen un sentido casi lúdico. La gente habla de la buena fruta, de la fruta fresca como si fuera un tesoro preciado. Los mercados estimulan la interacción social entre los caraqueños, humaniza el habla, seculariza la sana plática de lo acontecido ayer. Dispersa los rumores y genera un momento de encuentro. Los mercados son el epicentro de la convivencia. Capitalizan la risa, oxigenan las mañanas, distribuyen la cultura material en sabores y olores.

El Ávila enmudece la ciudad: Su colosal presencia ratifica una extraña relación entre el Ávila y el ciudadano, en una suerte de manifiesto simbólico. “lo primero que pienso sobre Caracas es como extraño el Ávila”. La montaña llena de secretos y nombres insospechados (los platos del diablo, Naiquatá) cumple una función vital. Nos recuerda la belleza de la naturaleza. Es nuestro gran parque. Su verde decora y recrea la vista, pulveriza los demás colores, crea un grupo social sin clases sociales: aquellos que caminan el Ávila son los más felices de los caraqueños. El Ávila engalana las madrugadas, las tardes, los atardeceres y su belleza es plasmada en versos, canciones, pinturas y nostalgia.

La ciudad tiene tesoros escondidos que muchos se niegan a ver o explorar. Muy temprano cientos de chinos van al Bosque a ritualizar sus prácticas afectivas y culinarias, mientras que a media mañana la colonia peruana luego de una misa a Santa Rosa de Lima se dedica a degustar ceviche, anticuchos y alfajores cerca del Colegio de Ingenieros. Así hacen los españoles en la Candelaria, los libaneses en su club, los Italianos entre el partido del calcio y un buen almuerzo y miles de familias caraqueñas inmigrantes que hacen de los domingos un punto de encuentro. La ciudad invita a unos pocos aventureros a conocerla sin perjuicios, sin falsas suposiciones. La Ciudad vive, mientras quizás sus habitantes temen circular por ella. Acaso ir a a la Calle Colombia de Catia a degustar la comida árabe, o darse una vuelta por la Plaza el Venezolano a ver el espacio de colores de la piñatería, no es un paseo banal, sino un saludo a la ciudad posible.

La Ciudad quizás no se camine, pero hay todavía islas donde se puede transitar. Caminar de nuevo para Sabana Grande es hacer arqueología urbana. Allí esta el Gran Café de Caracas fundada por un notorio mafioso francés, el legendario restaurante Jaime Vivas, el restaurante mas viejo de la ciudad, que sigue siendo fiel a sus viejos clientes. Sabana Grande es la Pulpería del Libro, laberinto de tesoros. Sabana Grande denota el rito de ser uno de los espacios de la ciudad donde cabemos todos, donde las clases sociales desaparecen, donde los estudiantes comienzan a reencontrarse y manifestarse con la música y la buena conversa. Donde lo “in” es cada vez mas nocturno, donde el reto es retomar la noche como forma de expresión.


La ciudad merece ser descubierta. Merece que las personas se tomen la molestia de re – capturarla. Merece que se conozca el museo Arturo Michelena, o la casa Mendoza. O el casco colonial de Petare o la Plaza la Campiña, o los pasillos de tiendas en el Silencio. Merece que alguien del Este se digne a cruzar la frontera hacia el Oeste y explore que es ser caraqueño. Las barreras normalmente son mentales no sociales. Esas barreras merecen ser destruidas. Las fronteras mentales deberían desaparecer cuando se camina la ciudad, cuando se entra en las plazas, cuando se encuentra uno con una tienda memorable, cuando la gente te invita a recorrer su local con obvio orgullo.

Caracas entonces se reconstruye en sus galerías de arte, en los miradores espontáneos que surjan en las laderas de las montañas donde los novios observan la selva de luces. Caracas vive en su música, de todas las formas en todos los espacios, buscando decir que el arte vive en la ciudad y se niega a morir. Acaso el metro, la serpiente que nos comunica de este a oeste con una facilidad pasmosa reconstruye una línea de conocimiento que se ha perdido con el tiempo. El metro es la línea que destruye toda barrera mental. Haga una lista, reflexione:

¿Cuando fue la ultima vez que fue al Panteón Nacional?
¿Al museo Boulton?
¿Al mercado de Quinta Crespo?
¿A la plaza Miranda?
¿A la iglesia de San Francisco?
¿Al paseo de la Carlota?
¿A la plaza de la Candelaria?
¿Al parque los Chorros?
¿A la Galería de Arte Nacional?
¿Al Museo Sofía Imber? (si si, ya no se llama así, no importa, todos saben donde queda)
¿Al Casco Colonial de Petare?
¿A los Próceres?
¿Al Jardín Botánico?
¿ A la Universidad Central? (que es patrimonio de la humanidad)

Hagan la lista. Reflexionen. Piensen porque no han ido a buscar hortalizas a la Unión, o tratado de ir a alguna de las tardes literarias del restaurante Soledad, acaso el restaurante árabe más antiguo de Caracas, o quizás sentarse en un plaza de Chacao (que son seguras) y caminar por sus calles donde se esconden sitios como el restaurante Damasco, el café Sucre, el restaurante Ventura entre otros.

El caraqueño atrapado entre lo inseguro y el mundo de Direct TV sueña con otras ciudades. No es mi problema. Caracas se abre como un abanico frente a mis ojos: Caracas literaria, Caracas gastronómica, Caracas arquitectónica, Caracas dance, Caracas infantil, Caracas en su complejidad, donde la geografía supone un esfuerzo de observación y constancia en el noble arte de caminar.

Piensen solamente en la nuestra feliz tradición de dar direcciones. Caracas es el laberinto de Rodas. Una dirección común: “Ay señor…esta muy cerca…cruza al final de la panadería y encuentra un aviso gran de Frica, dos cuadras mas allá hay un edificio viejo (cuidado con el hueco), allí vera un kiosco azul y es al lado”. Otra típica: “¿Tu sabes donde esta el edificio CIMARRON en el calle esa principal que tiene muchos árboles…pues es allí mismo”. Nuestra capacidad para orientarnos es limitada, pero nuestra imaginación para describir lo descubierto es ilimitada.

Caracas en positivo es una actividad de vida. Implica una disciplina de observación y experimentación. Buscar entre sus calles los secretos de la ciudad, los sitios donde los personajes hablan por si mismo es reconstruir con paciencia la memoria y el presente de la Ciudad. Tal es el reto.

viernes, 28 de noviembre de 2008

CARACAS NEGATIVA

La ciudad amanece con prisa. Hace poco nos quitaron media hora de oscuridad. En tiempos de socialismo es necesario que el hombre nuevo se levante más temprano, con más luz, con más espíritu de emprendimiento marxista. La madrugada produce ruidos rutinarios: un abrir y cerrar de grifos, golpes de puertas, aperturas de neveras, encendidos de carros. La ciudad es un inmenso monstruo que se despierta luego de muy pocas horas de descanso. La rapidez signa toda actividad. El habitante de Caracas, incapaz de pensar en la mañana, se apresura a formar parte de la horda de vehículos y transeúntes. Son dos imágenes nobles. En realidad la ciudad se convierte en un gigantesco estacionamiento de carros cuya movilidad esta limitada a una escaramuza de violentas agresiones físicas y verbales. La decencia se perdió en esta juego de malabarismo y saltos acrobáticos que nuestros conductores realizan para evitar cada hueco y obstáculo inventando por las fuerzas del orden público. En nuestras capsulas de aire acondicionado (los que lo tienen) nuestra segundo dosis de miseria supone escuchar los titulares del día, en un rito parecido en algunas estaciones de radio a los 5 minutos de odio de 1984.

Para los peatones, el ciudadano de a pie la odisea quizás sea peor (de hecho la palabra quizás esta de mas allí, pero para eso esta la relatividad como veremos a continuación.), entre lo que tiene que madrugar (345 am para Guarenas 430am para San Antonio, 530am para el resto de la ciudad) para poder pelearse por un puesto en algún autobús maltratado por las capas lunares de nuestras calles. El pasajero duerme o permanece en una especie de estado vegetativo mientras dura el trayecto, con un cansancio acumulado a medida que avanza la semana. La gravidez de sus gestos está en sus ojos, demacrado por el paso de los días. Claro, siempre hay algo de relativismo en esta imagen. Siempre hay un loco en el autobús que tiene una cara de felicidad imperturbable. Un loco que canta canciones de amor, o tiene una risa contagiosa producto sin duda de que recibió algún regalito nocturno y en la pesadez de la mañana lo recuerda entre el smog y el forcejo de los pasajeros.

La ciudad se ha vuelto un gigantesco templo de la incertidumbre. Sabemos a que hora salimos de nuestras casas, pero ya ignoramos cuando llegaremos a nuestros destinos. No solo es un problema de movilidad, sino esa actitud de pesadez en el ambiente. Somos incapaces de ser puntuales en una ciudad que no lo premia. La cortesía es un hábito que se perdió en la bruma del smog. Nuestro mejor amigo en esas horas de peregrinaje parece ser el celular. Entramos en el metro y observamos a la gente escribiendo mensajes que no puede mandar todavía, pero que le permiten pasar el tiempo. El celular se convierte en una suerte de ayuda terapéutica en la cola:

- ¿donde andas?
- Ay chica en una tranca en la autopista camino al Banco…
- Igual yo…pero va corriendo…en 40 minutos llego fácil.

El celular es ahora nuestro mejor amigo.
¿Quién camina por una ciudad que no lo permite? Aceras rotas, pocos pasillos, lugares sin iluminación. La ciudad es un gran cráter lunar. No hay nada más fácil que caerse, maltratarse, golpearse con la acera de enfrente.

¿Quién conoce la ciudad que habita? Los centros comerciales son las jaulas seguras que albergan los refugiados de los peligros de la calle. Los malls son la máxima expresión de la perdida de espacios públicos para caminar, ser y vivir. La diversión se ha privatizado. La diversión es mercancía. Lo lúdico tiene un precio y Caracas se agota en posibilidades gratuitas de pasar un rato distinto. Los centros comerciales son las “zonas seguras” de la ciudad y en ella, hasta que están abiertos, permanecen los caraqueños en una suerte de fantasía comercial, hasta que en hordas se regresan a sus casas. El centro comercial es el hábitat de los jóvenes, de las señoras con niños, de la clase popular sin opciones, de la clase media con miedo. Un hábitat prefabricado, sin identidad, ajeno a la anécdota, complaciente por un precio determinado por un clasismo urbano de apariencias y lujos. En tiempos de socialismo la bonanza petrolera nos ha hecho más capitalista y la ciudad, como si quisiera olvidarse de si misma, asume un rol parecido a los ochenta.

Caracas no se entiende. Los caraqueños esgrimen su violencia con cada vez menos paciencia. “Antes era mejor…” se escucha entre las colas del metro o los pasillos sucios del Pasaje Zingg. “Antes era seguro…” parece ser el eslogan del momento. La ciudad se vuelve cada vez más invisible al ciudadano común quien ya no tiene a donde escapar. Ya nadie quiere salir de sus casas. ¿Para que? Ha triunfado Direct TV.
GGM 2008

lunes, 10 de noviembre de 2008

Amsterdam Invisible


I parte

La sombría atmosfera aniquila el único rayo de luz. Ya no queda remedio. Nunca lograremos ser plenamente felices en esta ciudad de canales. Su clima es el protagonista permanente de una función que comienza con lluvia y termina con viento. Las calles se vuelven interminables bajo la garulla de lluvia, y las corrientes de aire pequeños tornados que nos obligan a repensar los caminos. Estamos en Ámsterdam, la Venecia del norte.

Es la ciudad que he evitado escribir durante años. Quizás por sentirme incapacitado o porque su identidad cambia cada vez que voy. Quizás porque lo que tengo que contar de ella esta a la vista de todos. Quizás porque Ámsterdam no es una ciudad sino un sitio que existe en mi imaginación, como en la de cada de una de las personas que la visitamos. Siempre he pensado que hay un Ámsterdam para cada quien. Algunas veces se convierte en una ciudad oriental, llena de especies y restaurantes chinos, alimentos picantes de tailandeses, delicateces indonesias y olores de Surinam. En esos días solo pienso en comer bao pao, huevos cubiertos de sambal y dim sum en el barrio chino. En Ámsterdam las especias están escondidas en tiendas centenarias, desde que los holandeses en plena edad media aprendieron a ocultar los sabores de las carnes con pimienta, canela, clavo, cúrcuma y sésamo. Sus significados permanecen en la vida privada de cada quien.

En otras ocasiones es una ciudad de museos. Amarillos, negros, azules premian las salas del museo real, el museo de van Gogh, del museo de historia de Ámsterdam. Los colores reconfiguran los espacios y las elegantes caminaderas de la ciudad mas modesta de Europa resplandece en unas alcobas llenas de Van Dijk, Rembrandt, Hoogstraten, Vermeer y de Koninck. Detrás de los colores, los cuadros holandeses siempre tienen un negro único que perturba, una sombra impenetrable que molesta pero que a la vez decora todo el cuadro y lo hace creíble. Los museos son templos del silencio, en donde las épocas pasan paulatinamente, en orden, por pisos: el siglo dorado, el momento de Van Gogh y las impresiones de De Koonig. Los transeúntes descubrimos la transparencia de los rostros, el verdadero significado del amarillo y la tolerancia suprema de geometría.

Ámsterdam, donde todo esta privatizado. Donde hay que pagar para ver el escondite de Ana Frank, donde hay un museo que te muestran las últimas tendencias del sexo mundial, donde se camina por tiendas de quesos para luego encontrarse con tiendas que reparan muñecas. La ciudad para los japoneses significa algo muy distinto que para los británicos. La ciudad privatiza casi hasta el oxigeno, pero democratiza el espacio privado con lugares para todos los gustos terrenales. Es cierto hay plazas y parques que se convierten en espacios de encuentro en el verano, pero son espejismos locales. En realidad la ciudad se reinventa todos los días. Ámsterdam fue una de las primeras ciudades modernas y son duda que en ella la postmodernidad se inventa todos los días.

lunes, 27 de octubre de 2008

Boloña Ciudad Invisible

Entre a Boloña una mañana muy fría. Este invierno parece que no va a terminar nunca. Camine las tres necesarias cuadras al hotel que había descubierto en Internet. Era un buen hotel, sencillo, casero pero con ciertos lujos. Boloña siempre me hace ilusiones. Es la ciudad de Italia, junto con Roma donde viviría sin pensarlo. Se puede caminar completa, tiene tres universidades que son monumentos de la humanidad y la comida sin duda es la mejor de Italia. He bautizado esta ciudad, la ciudad del Ocre pues todos sus edificios reflejan distintos tonos de amarillo. La ciudad entonces parece un sol de tarde, y transpira un cierto brillo a pesar de la época tan gris cuando cae la noche.

Boloña es también misterio. Sus callejones son cementerios de recuerdos y muertes, de duelos y aventuras amorosas. Sus calles son cuadros de la memoria colectiva. En la noche fui a un concierto de música clásica en un pequeño teatro del centro. Era un concierto de clarinete. No me gusta ese instrumento. Me parece de jeva. Muy suave, poco sonido, no se...pero fui igual. Tenia la secreta esperanza de encontrarme con ella sentada en una de las filas. La última vez la vi fue allí. Tenia la esperanza de cruzar unas palabras con ella, que viera que todavía me gustaba leer, que ahora estoy más flaco y que hago ejercicio. Que viera que conservo algo de la picaresca, de la ironía y a la vez de la sensibilidad que tanto le llamaba la atención. Siempre le gusto mi sensibilidad.

Boloña es más bella aun de noche. Salí a comer a mi restaurante preferido que se llama CESARI. El menú allí es invariable: Insalata Mixta con Funghi, Tortelones de auyama y salvia, costillitas de cerdo y vegetales y Tiramisú. No hay otra posibilidad. Cada plato era una batalla contra mi propio placer.
Es necesario estar en Boloña para entender los placeres de la vida. Cada rincón tiene una tienda de exquisiteces. El palacio de todo se llama TAMBORINI, donde jamones, trufas, pastas, aceites, panes, encurtidos y vinos conviven en una armonía dantesca. Soy feliz entre estos templos de cultura. La busque entre las calles, sin nostalgia, quizás con algo de premonición. En mi negocio buscas mucho, casi todo el tiempo, pero pocas veces consigues lo que quieres.

Boloña con unas cuantas copas de vino encima y la exhuberancia de su magnifica comida parece un laberinto. Me perdí sin remedio tres veces...por calles desconocidas. Todo es ganancia. Perderse aquí es un lujo extraño. Descubres un nuevo templo gastronómico, una puerta fascinante, una pareja que se besa...un nuevo departamento universitario, una música rara que sale de un balcón. Descubres que la vida es así; cuando no caminamos rara vez vemos la belleza, rara vez encontramos el horror. Rara vez tenemos razón en al emitir opiniones, si antes no has caminado.

Garisenda y Asinelli, las dos torres de Boloña me observaban entre las sombras como testigos silenciosos. Boloña tiene la universidad más antigua de occidente. 1088. Se dice fácil. Marconi, Dante, Pasolini y Copérnico han pasado por allí. Entre las dunas de ocre estaba mi pasado mi presente y mi futuro. Examinas cualquier calle y te encuentras con símbolos, códigos, texturas que te han acompañado toda la vida. Hay personas que observan los techos, otras los transeúntes que deambulan, otros los negocios. Yo miro los rostros, las caras que denotan deseo, seriedad, o simplemente soledad. Denoto la arrugas de la jornada, las cicatrices de la tristeza, las bondades de la piel. Dice un autor ingles que las miradas son un reflejo del alma. De hacer así Cesaria Evoria seria la diosa de la tristeza. La calle tiene capas por descubrir, finas lonjas de cebada existencial que deja energía por doquier.

Allí estaba ella, en una esquina, descubriendo su rostro marmoteado con finas expresiones de asombro. En eso nos parecíamos: todo nos asombraba. Su mirada hacia mi fue total. Teníamos cuatro años que no nos veíamos y el tiempo (el tiempo – otro tema que me atormenta) no había pasado en vano. Comenzaríamos ese día el viaje de redescubrirnos. Reencontrar algunas viejas postales de gustos y sabores compartidos, redefinir la forma de tocarnos y vernos, colocar en el centro del episodio nuevas formas de transitar la geografía tantas veces pérdida de la memoria y los sentimientos. Nos esperaba un nuevo capítulo.

Boloña
Octubre - 2003

miércoles, 15 de octubre de 2008

CARIBE CON C

http://www.youtube.com/watch?v=Ho-R7W9O20I

Disculpa el silencio. He estado enfermo. Gravemente. Comenzó con unos vómitos raros, dolores de cabeza. Nauseas. Sensaciones extrañas. Y bueno tengo como cinco días en eso, en donde el zenit de la cosas fue el sábado en la noche. Mala noche. Pésima de hecho. No te contare los detalles pero estuve entre tirarme a un río o algo parecido. Estar enfermo es lo peor que hay. Uno se desmoraliza. Se cierran círculos afectivos con tu cuerpo. No hay risa. La tristeza permean todas nuestras decisiones. La enfermedad construye y destruye el cuerpo. Desintegra placeres. Vuelve todo parco y socava los ánimos para todo. Me sentí pésimo mientras trabajaba. Casi no puede hacer ejercicio. Tuve pesadillas (no tan malas como las tuyas).
Leí poco. En fin destruí mi rutina y me volví otro ser por un rato.

Ha habido alegrías sin embargo. Waterloo me presenta grandes retos como persona. Hay algo hacer aquí después de todo. Hay cosas que construir. Sabes que a diferencia de ti (que nunca has practicado ese noble arte) yo construyo y me planteo ilusiones a cada rato. Todas las mañanas cuando me siento a escuchar música de Violín o de Dvorak o de Bach (según mi estado de ánimo) mi YO creativo comienza a ilusionarse de la manera mas inocente. Se que no estas de acuerdo con esa metodología pero así es la vida. En Waterloo la batalla quizás este perdida pero yo sigo adelante. Bélgica en realidad para mi no significa nada salvo buena comida y hermosos castillos. Waterloo en cambio presenta retos, difíciles algunas veces pero retos al fin. Presenta mi espacio de creatividad y mi alegría construida.

Sabes mejor que yo que antes no fue así. Sabes que una vez me fue negada una oportunidad similar cuando compartía una relación que nunca fue o nunca quiso ser. Sabes el dolor que me dio tener que negarme a construir mi Waterloo y como la soledad (a pesar de tener pareja) fue haciéndose cada vez más grande. Porque la paradoja existe. Podemos ser los seres más sociables, pero en realidad ser las personas más solas. A veces compartir nuestra soledad es un acto imposible. Sabes también que se me negó mi derecho a opinar, a ser mi mismo, dentro del marco de las limitaciones sociales. Se me obligo a tener horario, a tocar temas falsos a seguir construyendo mascaras. Lamento ese periodo.


Ahora existe Waterloo. No es la panacea. Sabes lo que me gusta el Caribe con C, sabes lo que extraño de un tropicalidad construida con años de exilio voluntario. Sabes también como el Caribe con C es el producto de años de reflexión. Recuerdo una vez caminando por una calle de Santo Domingo del siglo XVI como sentí en un instante el hecho estético de todo el crisol de culturas que son mías. En esa calle colonial estaba lo español, lo indígena, lo italiano, lo árabe, lo norteamericano, lo negro, lo portugués, lo africano, lo latino, lo bárbaro, lo sensual en fin todo el arroz con mango que significamos y nos da significado. Al carajo lo moderno y lo tradicional. Somos el patuque mas interesante que hay, algunas veces para nuestra eterna desgracia, otras veces para el mas puro goce. Sabes como me hace falta. En Waterloo eso no existe. A veces logro reproducir en algún platillo que cocino, cierto sabores parecidos. Otras veces se me sale una frase, un vocablo Caribe con C.


Sigo enfermo. Me tumba. Me destruye el alma a veces. se me ocurrió un frase bellísima ayer que quisiera compartir contigo:

"Quisiera besar tu alma con mis labios".

GGM
Waterloo, Belgica, 2005

martes, 30 de septiembre de 2008

Se solicita Parrillero con experiencia

La ciudad es color, oscuridad, información y cultura. Es ante todo el triunfo (o el fracaso) de la sociedad humana. Los mensajes que siguen son testimonio de esa narrativa, interminable, complicada e intensa.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Carta Navideña -

(Para Adriana)

Querido Santa Claus,

Pensaras que estoy loco escribiéndote tan temprano en el año. Además seguro que estas sorprendido de recibir una misiva mía, ya que no soy ni Fan, ni seguidor de tus esfuerzos decembrinos. Como sabes no me gusta la navidad, ni participo de las festividades, ni me interesa el tema navideño. La navidad Sambil o la Navidad Concresa tienen prácticamente un significado nulo para mí. Ignoro si es culpa de mi mama o de mi papa, creo que más bien es algo fraguado en las corrientes propias del pensamiento anarquista.

La razón que te escribo es puramente egoísta. Se que en los últimos años has perdido seguidores. Es entendible cada vez hay mas competencia. Además ahora en Venezuela no estas de moda. De hecho hay una conspiración en tú contra que bien conoces. Los arbolitos navideños, por ejemplo, ya están prohibidos en sitios públicos del gobierno desde el año pasado. Atenta contra nuestra tropicalidad socialista. Tu presencia ya no es bien vista en algunas partes. Tranquilo es algo pasajero...aguanta Santa. Tu bien sabes que todos merecemos una segunda oportunidad y que al final mientras podamos, cada diciembre, están allí tu culto de seguidores, así sea en sectas ocultas. En último caso comprarán cines y teatros viejos como en PARE DE SUFRIR y se te cantaran villancicos allí adentro. Aguanta Viejo.

La razón como te decía es para pedirte un favor. Necesito que para diciembre me regales algo muy especial. Te lo estoy pidiendo con antelación para que después no te quejes. Sabes que desde hace tiempo estoy buscando completar la canasta básica con productos endógenos, es decir, made in Venezuela. Si suena “Loco”, lo se… Bueno... las cosas no se han dado como yo pensaba y dudo que se den dado el presente clima internacional y geopolítico. Probablemente no tenga sentido escribirte a ti sino mas bien a otras personas, pero bueno. Quizás hubiera sido mas útil escribirle al MPPAT (Ministery for Agriculture and Earth) pero tu sabes como son ellos con la capacidad de respuesta. Mi deseo es que simplemente uno pueda entrar en cualquier supermercado y comprar todas aquellas cosas que comíamos antes y que venían de Guarico, Portuguesa, Lara, Aragua, Miranda y Zulia que tengan contenido nacional. ¿Es una Utopia? ¿Estoy loco? No es una vaina nacionalista ni mucho menos, es simplemente pensar en el país y en los miles de empleos directos e indirectos que generaría si por alguna especie de milagro navideño empezáramos a producir vainas otra vez. Apelo a tu buen sentido del humor y sabiduría. A tu conocimiento de mi desde chiquito, a tu manera polar de ver la vida.

No creas que tengo algo en contra de los colombianos, uruguayos, argentinos, brasileños, bolivianos (el te de coca tiene realmente “algo”) porque nos han llenado de sus productos endógenos. Ellos tienen derecho a competir. Ellos tienen derecho a vendernos lo que quieran. Ni siquiera estoy molesto con los gringos, ellos tienen décadas satisfaciendo los caprichos de nuestros ávidos consumidores prestos a cualquier moda que llega a Venezuela. Simplemente quiero mi canasta básica criolla pues.

Hay otro motivo también amigo escandinavo. Pienso en las colas que tiene que hacer la gente para comprar algunos productos en Mercal o PDVAL. En como luego de dos horas los obligan a comprar productos de segunda calidad que nos mandan de las cuatro esquinas del globo, y como el dinero no alcance o tienen que ir a tres o cuatro sitios a ver si hay azúcar. No hay derecho. Felices eran los tiempos cuando las mandarinas no eran de Perú sino de Barlovento.
La leche se Bielorrusia dicen que es malísima.

Santa Claus, te escribo con tiempo para que no te quejes. Te escribo con tiempo para que consultes la situación con personas que solo tú conoces. Te escribo con tiempo con la mente muy clara. No me voy a morir sino me cumples el deseo. No voy a andar por allí hablando mal de ti. No quiero tener problemas con la justicia ordinaria. Sabes que quiero construir no destruir. El pueblo necesita completar su canasta básica endógena. Solo tú puedes hacer el milagro. Tu experiencia Polar tiene que servir para algo. Piensa en los niños.

Feliz navidad Santa

Saludos a la Sra Claus.

GGM

viernes, 19 de septiembre de 2008

Night Spaces en Siena: o como morir en el intento.















Para Idler

Llegue a Siena una tarde junto con una mujer bellísima, en una suerte de periplo por la Toscana. Veníamos de Bolonia, ciudad también mítica donde habíamos descubierto nuevas e interesantes formas de hacer el amor en un peregrinaje sibarítico, casi helénico que produjo en nosotros memorias imborrables como las que pretendo retratar aquí. Arribamos a Siena a descubrir sus espacios nocturnos, sus míticos callejones, sus sombras y tonalidades de ocre. Íbamos también a una ceremonia religiosa cabalística y judía, pero a la vez postmoderna y trans, es decir: un concierto de Moby.
Abrazamos Siena como se abraza a una vieja amiga. Se le conoce de antes, quizás en otra vida, con otros cuerpos y en otras realidades. Siena es la emperatriz de las ciudades de Toscana. Si Pisa tiene un aspecto marmoleado, y Florencia parece una vieja señora dantesca vestida de rojo, Siena tiene ambas cualidades, mármoles mitológicos con una belleza que solo puede ser llamada real.

Los espacios nocturnos en Siena son laberínticos y levantinos- Me explico. Mientras que de día Siena no deja de ser una ciudad que es pesada: castillos, torres, muros, calles color ocre de piedra, tiendas de souvenirs, café inmemorables, y el peso se siente en todas partes; de noche Siena literalmente levita. No esta en la tierra. Se vuelve liviana (como diría mi maestro Calvino. la levedad se convierte en algo deseado y la privación en una “constante antropológica”), es decir flota; sus muros son mas tenues, sus grises se convierten en nubes, sus callejones se vuelven mas llevaderos y su magia se torno en cada esquina. Calvino insiste, de día las ciudades son caminos de personas, trechos sin sentido, mientras que de noche las brujas sobrevuelan la urbe.

El palio de Siena es el centro de Laberinto. Su agora sirve para toda función pública y privada, desde las míticas carreras de caballo hasta los fabulosos mercados dominicales. No en vano el espacio público en Siena tiene una historia centenaria de ferias, verbenas y justas medievales, pasando por los mercados, los mítines políticos y los circos de artistas ambulantes. De noche los ocres se vuelven amarillos intensos y el Palio se vuelve el centro del mundo.



Tomados de la mano, nos lanzamos a festear la mejor de las costumbres nocturnas de la Toscana, la passiata, tradición que consiste en que literalmente todo el mundo sale a pasear- a ver y ser visto. La passiata es más que una costumbre, es en una forma de conocerse y ser conocido, un control social en donde en las pequeñas ciudades, pueblos, y comunidades mediterráneas se hace un conteo social del status adscritos de las personas. Los personajes y sus ocurrencias de diluyen en la marea humana: el señor de traje que pasea con su respetable señora mientras indaga sobre la cena que esta le ha preparado en la casa, un pareja de novios planifica su posterior salida, una italiana bellísima se pasea con una bolsa de víveres mientras es silabada con un coro de aprobaciones. Este desfile social permite, a la par, el consumo de algún trago ligero pero optimo, un bocadillo pequeño pero correcto antes de la cena y una forma de socialización que sobrepasa los elementos culturales. Cuando el alcalde de Siena pasea por la avenida Pellegrini todo el mundo voltea para ver a la autoridad asumir también su rol. Las personas con la noche se transforman, se invisibilizan, sus caras mas alegres aparecen y la turba se vuelve carnaval.

Nos sentamos en una enoteca clásica y nos sirven un Antinori tinto perfecto, con unas finas rodajas de proscuitto de Parma. Los veteranos del establecimiento hacen de este lugar su espacio nocturno por excelencia. En frente la mítica Fontana de Gaia, una suerte de mármoles y aguas que se transmutan en una fuente del siglo XIV. Llega un momento cuando baja el sol y la noche se apodera de todos los rincones en que la fuente levita y sus aguas se vuelven nubes de vapor y los azules ahora son verdes y la cascada es considerada mágica por sus habitantes. Solo pensarlo abruma, una fuente que tiene más de 700 años.

Como dije antes llegamos a Siena para ir a una misa muy particular. El Aforo de Siena, una suerte de templo romano de día y espacio nocturno de noche acondiciona la liturgia de Moby, sumo sacerdote de la música electrónica global. Las nuevas formas como se construyen los grupos sociales, sobretodo a través de la música, manifiestan nuevas formas de hipnosis religiosas con practicas que van desde el trance hasta formas mas acidas. Moby no defrauda, su misa tiene todos los componentes dramáticos de las nuevas formas de hacer religión, en donde los fieles transforman en rito la danza y los cánticos. La música siempre será el vehiculo entre lo profano y lo sagrado, entre el cuerpo y el alma, entre la sombra y la luz. Moby, cardenal mayor del acto, por un momento me pareció intrascendente, solo el fiel guardián de la tradición milenaria de todas las religiones de transmitir aquello que se llama Dios.



Luego de retirarnos de ese espacio nocturno, nos fuimos a degustar un restaurante en una bodega medieval. Nunca me olvidare del menú por las consecuencias nefastas que tuvo: sopa de cebolla, strangozzi en ragu de carne, conejo a la mostaza y tiramisú, acompañado por un vino local que no recuerdo el nombre (los vinos a veces son difíciles de memorizar, sus fragancias, al menos que sean viejos amigos que frecuentas, se diluyen con el tiempo). Estaba todo realmente delicioso, sobretodo porque el ambiente, las suaves curvas de la chica, la conversación divertida de los acontecimientos del día ayudaron a continuar el estado de levedad de la Siena nocturna.

Los dolores comenzaron al poco tiempo que llegamos a la habitación. Al principio, producto de mi estructural terquedad pensé que no era más que el producto de la ingesta desproporcionada - total, me ha ocurrido en otras partes, cuando en estado de total felicidad mi gravedad se acelera y la marea alcalina me produce poderosos sueños. Pero no, el dolor cada vez mas punzante y atrevido invadía todo mi ser como una tormenta que se acercaba. Mi pareja, que tenía otros planes nocturnos comenzó a recomendarme medicamentos que no teníamos. Me acosté. Suspire. Pensé en el significado del dolor con sus lamentables consecuencias. El dolor se fue haciendo una parte de la noche. Me tome un par de aspirinas y al poco tiempo cedieron los dolores por espasmos menores pero no menos frecuente. Nos acostamos, un tanto decepcionados pues mis capacidades físicas estaban al mínimo.

A la una de la mañana apareció el monstruo en la forma de un dolor terrible. Alucine. Me sentí en infierno de Dante (disculpen la exageración – aquellos que me conocen saben que soy exagerado –los que no es simplemente una forma de transmitir un real sentimiento), el malestar atormentaba no solamente mi estomago sino otras partes de mi cuerpo. Mi compañera dormía al lado mío, pero su condición de bella durmiente la hacia inamovible. Las largas horas en zozobra (en realidad fueron minutos, pero el tiempo con dolor se hace eterno) me hicieron imaginar lo que seguía, de una a dos semanas en un hospital italiano tomado sopita de sobre, tratando de explicarle a mis padres mi aventura mediterránea. Sentí pánico. Pensé en la cantidad de complicaciones paralelas. El dolor fue nublándome las neuronas.

Decidí actuar y me arrastre a la puerta. Casi no podía caminar. No había ascensor así que termine bajando las escaleras en una suerte de malabarismo circense. Ya la noche no me parecía tan divertida. Al llegar a la recepción no había nadie, la ausencia definitiva de seres me angustio más. En cualquier momento la moridera me daría aquí y sin nadie – allí quedaría - . Pase al escritorio de la recepción y busque un salvavidas…las páginas amarillas de Siena.

Emergenza – era una palabra clave…118

Busque un teléfono publico y gracias a todos los santos y los dioses romanos la burocracia italiana no me fallo.

- “Bouna notte” ( eran las tres la mañana) …Prego
- "Bouna notte (de buenas no tenían nada) – "Ho un'emergenza. Aiutilo prego. Ho un dolore grande in mío stomaco.”

En un italiano de emergencia, pueril pero efectivo, le transmití mi dolor con alguna dificultad. La palabra “stomaco” fue un lechazo, creo que la aprendí un día pidiéndome un plato de callos a la romano en Roma. El doctor, telefonista o personaje anónimo que me atendió con una paciencia propia de pueblos, me interrogo como si me doliera la oreja. Al final luego de diez minutos interminables se digno a anotar la dirección de la posada y con un “arrivato presto subito”, me prometió ayuda.

En ese momento bajo la bella durmiente. No estaba menos bella. La noche le daba esa sobriedad que solo consiguen las bellas mujeres a toda hora. Preocupada me ayudo a subir de nuevo a la habitación aunque lo era participe de tirarme en el piso a esperar el rescate. Cuando la medico llego me dio la feliz noticia: apendicitis no era, pero si una indigestión “gravísima”; saco una inyectadora (odio esos mecanismos nefastos de la medicina moderna, pero nunca estuve tan feliz de ver una como ese día) y procedió a darme algún medicamento que ni recuerdo el nombre.

En Siena amanecía. La noche me había dejado los siete pecados capitales como medallas de campañas que viví en menos de 24 horas.

Gula: la ingesta sibaritita se había convertido en una pesadilla babilónica.
Envidia: sobretodo a todos aquellos que dormían tranquilos en sus casas.
Soberbia y Pereza: esperar cinco horas para llamar a un bendito medico.
Vanidad: la vanidad de creerme libre de todo dolor, indestructible, inmortal frente a toda prueba.
Avaricia: las ganas de comer más, de abrazar la página de felicidad total (cuando en realidad solo la recibimos a gotas)
Lujuria: la bella durmiente seguía allí, cual ninfa del bosque, objeto de un mutuo deseo.

Y en Siena amaneció y con ella murieron los espacios nocturnos, llego la gravedad, se fue la levedad y permanecí todo el día en cama, esperando de nuevo los fantasmas de la noche.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Santa Rosa de Lima

Para Idler (I parte)

La procesión avanza lentamente: una suerte de testimonio viviente de arraigo, identidad y comunión colectiva. Las mujeres sufren al llevar a Santa Rosa de Lima, patrona de todos los Peruanos. En el fondo una música marcial adorno el espectáculo. ¿Qué es la FE? ¿En que consiste? ¿Cuáles elementos la hacen una fuerza poderosa en la humanidad? La fiesta religiosa, motivo que me ha perseguido la mitad de mi vida, se celebra en Caracas como si fuera el Perú.

El público observa con una puntual prestancia. Para un inmigante la necesidad de tener símbolos que le recuerden a su tierra, que le ayude a compartir con su familia y compatriotas, es vital. La virgen (bellisima) es un símbolo no solamente religioso sino social y cultural. Es una excusa para la celebración del ser Peruano y el ser devoto.

La religiosidad es una de los conceptos mas interesantes de estudiar por su impacto social pero tambien por las capas difusas de lo que significa la religion, la vocación, la devoción y sus manifestaciones. En esta caso la religiosidad de los Peruanos tiene un caracter integrador, súblime y simplemente hermoso.



Mercado Peruano de Caracas

domingo, 7 de septiembre de 2008

Night Spaces en Bangkok: los espacios nocturnos en Asia


Llegamos a Bangkok una mañana calurosa. El impacto de la primera vez en Asia fue devastador. Se sintió de inmediato una pesadez en el aire, un maquillaje marrón que me tomo días entender, como un paisaje que no cuadra cuando te enfrentas a una ciudad nueva. Los carros se transformaban en personas que transpiraban y los transeúntes eran las victimas permanentes de esos cuentos de terror sobre el futuro de la tierra: la carencia del aire con la humedad del clima ecuatorial hace que los habitantes lleven mascaras y todos parezcan de otro planeta.

Bangkok ha crecido sin aparente planificación urbana. Sus edificios modernos se amontonan en torno a estructuras más viejas. Sus caminos y calles no se dan abasto frente a la nueva fachada de modernidad de la ciudad; y el mono- riel recién construido parece una serpiente que zig zagea la ciudad en una cadena interminable de acero y ruido. Es la ciudad gótica “asian style”.

Rápidamente me apodere de los sabores de la ciudad. No perdí tiempo y durante diez días surfee por la ola de "the World Food Movement". Obviamente la comida Thai amenizaba los desayunos y los almuerzos; mientras que las cenas si representaban un esfuerzo calculado en base a áreas geográficas de Asia: Islas Mauricio, Fiji, Nepal, Cantón, Hunan, el norte de India, Vietnam, entre otros. Las anécdotas son múltiples: desde el chef Hindú de Lord Montbatten que nos sirvió un cordero impecable hasta las langostas que nadaban en una pecera gigante en un restaurante chino que parecía una residencia de familia y cuyos dueños tenían una apariencia que solo se pude describir como "dantesca".

Basta de divangancias. Podría contar mi experiencia con el budismo, o la aventura en la ciudad imperial o el extraño caso de la sala de emergencia en un hospital del tercer mundo. En realidad en Bangkok lo que quiero rescatar son los espacios nocturnos. La noche es el ambiente natural de esta ciudad. De día Bangkok es una ciudad pesada, intransitable, apocalíptica casi. De noche no deja de espeluznar; no dejamos de preguntarnos como 14 millones de personas pueden comer, dormir y amar al mismo tiempo. De día Bangkok es un gran desierto vacío con algunos oasis como los centros comerciales y los carros que tienen aire acondicionado. Las calles gozan de un silencio tropical. La siesta es la norma de dos a seis de la tarde. De noche Bangkok es la ciudad de todas las culturas y edades, en donde se entre mezcla lo comercial con lo privado, lo banal con lo creativo, los neones de las luces con la privatización de los cuerpos (si- la prostitución también tiene sus espacio nocturnos económicamente viables), lo moderno con lo tradicional en una suerte de mosaico postmoderno pan asiático. La vida nocturna es una gran caminata de millones de personas que buscan: redecorar sus almas con modas japonesas (los jóvenes parece muñecos de anima), escuchar música de todo el planeta (el rock chino parece llevar la vanguardia), legitimizar todo lo pirata (louis voittton junto a hello kitty versión thai) y entender la prostitución como "un brand", una marca hecha para todas las medidas. La gente camina "en cholas", un último vestigio de lo tradicional pre- boom de la capital del tigre asiático.

"Lo nocturno" se reconoce en los espacios que construye la ciudad en su intento de socializar, de construir identidades pero sobretodo de privatizar: todo el espacio insistimos, en una lucha sin fin contra el espacio público, un asalto sobretodo al peatón o al conductor que no puede huir ni siquiera a los pocos parques "públicos" de la ciudad. Bangkok de noche es una gigantesca verbena de pueblo, amenizada por el capitalismo estructural, ahora visitante permanente de la psiquis thai.

Tomamos un taxi para que nos lleve a algún punto de la ciudad. La marea de colores y olores nos absorben. Tal cual como en una nave especial el conductor sortea por metereoritos (vendedores ambulantes), planetas (puestos de comida en el medio de la calle) y cometas (un elefante que cabalga frente a nuestro taxi despavorido, como un unicornio de una mitología hindú, mientras su dueño lo persigue). El realismo mágico no solo es de propiedad latino americana. Hay unos 400 elefantes por toda la ciudad, animales domésticos de otra época que se niegan a desaparecer.

En Pat Pong se consigue literalmente todo lo que hay en la tierra: películas piratas con toda clase de orientaciones, muebles, piezas de bronce, estatuas de Buda que conviven con afiches de Brad Pitt, niñas de 15 años que venden sus cuerpos por unos pocos baht, libros de Harry Potter en una decena de idiomas, los sitios de sushi mas increíbles de nuestras vidas, masajistas para todas las partes del cuerpo, helados de frutas desconocidas, carteras de marca, etc. Es la Globalización de consumo, con tonos utópicos. Todo tiene un precio. Todo es posible. Todo puede ser tuyo.

Bangkok goza la noche como su espacio vital de vida. El clima invita a que todo se haga de noche. Lo nocturno y el espacio que lo representa, a partir de estas interacciones sociales, es privatizado a un extremo que puede ser comparable con Ámsterdam o Berlín. Pero también puede ser visto en este caso como una ciudad que vive de su economía de noche. Sin duda que cualquier estudio económico de la ciudad arrojaría del hecho de que el Producto Interno Bruto de la ciudad, por lo menos en el tercer sector esta determinado por su “night economy”.


Una noche decido dejar a mi grupo e irme a un barrio en las afueras de la ciudad. Al bajarme del taxi la odisea parece homérica. El laberíntico crucigrama de calles, callejuelas, recodos, pasillos y huecos me obliga a contratar un guía que me lleve a mi destino. Caminamos en silencio, el ingles del guía es pidgin- es decir inexistente. Mi thai es un libro vacío. Observo la limpieza del "shanty town" tailandés. Sumidos en la pobreza, los habitantes tienen una especie de código de higiene que soporta toda prueba sanitaria suiza. Todos los caminos están iluminados, los espacios nocturnos son en realidad espacios de convivencia en donde la vida privada se transforma en pública (tal como hemos visto en el mediterráneo, en las costas del caribe y en algunas partes de África): las personas hacen vida social en la calle, se venden todos tipos de productos, se discute con el vecino, se tiene la calle como espacio televisivo, la noche da licencia para disfrutar de las pequeñas bondades de la familia. Los niños juegan en la calle, cuatro señores sentados afuera disfrutan de un juego de mah jong; un vendedor de pinchos dudosos, uno de ellos de murciélago, vende su producto con franco orgullo.

Mi meta de pasear por este laberinto oriental es llegar al medio del barrio. Allí se encuentra un peculiar espacio nocturno. Es el estadio de XXXXX templo sagrado de las peleas de muay thai: el mítico boxeo tailandés. Es un espacio nocturno masculino por excelencia (como las cantinas mexicanas, los café con piernas de Santiago o los bares de la Lecuna) donde por unos pocos dólares (y algunas miradas suspicaces) logre sentarme en unos bancos de madera al lado de unos 200 chinos, apostadores y gritones profesionales. MUAY THAI es el deporte del pueblo en Tailandia. Los campeones son héroes nacionales y la representación de la disciplina y la constancia. El espacio nocturno masculino goza de cualidades públicas: es barato entrar, es un lugar de encuentro, se difunde una cultura del ocio, es llamativo ver gente de todas las clases sociales y no se consume alcohol. Me provoca probar alguno de los pinchos dudosos, pero me aguanto: quizás decida cometer el auto suicidio mas tarde.

En total hay una diez peleas, dos de ellas en la que se enfrentan un extranjero (europeo) con un thai. Los ritos son interesantes. El juez, suerte de monje budista baña de incienso el ring y procede a declamar alguna oración milenaria mientras cada boxeador postrado en su esquina le reza a algún Dios profano. Comienza el combate, un grupo musical acompaña la danza letal de las patadas y golpes con un ritmo de tambores totalmente diferente a cualquier otra melodía occidental. Los extranjeros sucumben rápidamente a la tradición de los boxeadores tailandeses y son derrotados sin ninguna piedad. Seria impensable que alguno perdiera. Los apostadores chinos gritan durante todo el combate, una coral de apuestas e insultos en contra de uno u otro. En la última pelea cuando sale el campeón nacional thai, hay un silencio que estremece mis huesos y lo que sigue a continuación es una gritería infernal, “¡Nung Yai THAI Nung Yai Thai!”. El espacio nocturno sirve de aliviador temporal de emociones y frustraciones de la vida cotidiana y un recuerdo de identidad: “¡Nung Yai THAI Nung Yai Thai!”, una suerte de comunidad imaginada nacional.

El espacio nocturno deportivo permea el barrio como un nuevo templo de adoración. Allí se resume el ocio masculino y juvenil y se configura la acción social en términos económicos. Es un espacio de ocio que fue creado a partir de una tradición pero que ahora obedece a las fuerzas del mercado: es econonómicamente viable, de el dependen un sin numero de empleos, y su proyección es fácilmente identificable con la población, como lo es la lucha libre en México.

Otro espacio nocturno. El río Mekong bordea la ciudad como un testigo fiel y contaminado de siglos de coexistencia. A los lados y en su propio flujo miles de seres trabajaban frenéticamente en bares, locales comerciales, ventas informales, barcos festivos y demás espacios nocturnos de ocio. La economía del rió tiene su fase nocturna y se ha convertido en un producto al que acuden personas de todas partes del mundo. Lo tradicional se mezcla con lo moderno. Se vende en paquetes. Vamos a un barco – restaurante a degustar comida del norte de Tailandia (mucho mas picante que el resto del país) y allí en una especie de disney se nos brinda todo tipo de atenciones tradicionales: música disonante a nuestros oídos, bailarinas bellísimas que mueven sus dedos al compás de la música, comediantes burlescos disfrazados de mujeres, en fin la ritualizacion de lo thai en un juego turístico algo plástico pero sin duda exótico.

Lo nocturno en Bangkok resume la cultura del ocio. Los espacios nocturnos son el escenario para dicha cultura. La exploración de lo nocturno seguirá su curso por otros escenarios en próximas aproximaciones.

martes, 2 de septiembre de 2008

Night Spaces: La Privatización de la noche en America Latina


"Night spaces” es el termino que estoy investigando en estos momentos. No tiene traducción fiable. “Espacios nocturnos” quizás. La noche como construcción literaria, sociológica e inclusive antropológica tiene mucho que decir. La noche como objeto de estudio rara vez aparece en los textos académicos.

¿Que sucede en la noche en términos de acciones humanas? ¿En que se diferencia del día? ¿Que sucede en lo cultural? ¿En lo económico o material? ¿Qué le sucede a espacio público y al espacio privado cuando la noche sucede? No son preguntas banales, sino parte de un compendio de ideas que algunos sociólogos, cronistas y planificadores urbanos se han hecho en los últimos tiempos. Acaso mi maestro Carlos Monsivais, cronista de Ciudad de México, habla de la ciudad en términos de lo nocturno como espacios que se achican. La Ciudad de México, a pesar de su evidente cosmopolitismo, ofrece cada vez una versión mas “light” de lo nocturno, es decir, no hay oferta de espacios públicos seguros, que la gente pueda ir, no hay opciones que hagan de la vida nocturna una alternativa no solo de diversión sino de construcción de ciudadanía. En los países que colindan con el ecuador se observa una necesidad, quizás una manifestación total de búsqueda de lo nocturno. Las manifestaciones mas espontáneas: la fiesta, la danza, la conversación, los peer groups, lo banal como construcción lúdica, la fraternización con el “otro”, lo alternativo, todo tiene necesidad de espacios que los pueden incorporar de una manera u otra. Ese “espacio vital” contrapone formas de asociación y significado que se deben ser estudiados en términos de espacio publico y espacio privado.

Algunas imágenes sobre la privatización de la noche:

IMAGEN 1: Bar Milano: 2: 00a.m la juventud del D.F se aproxima al baile de forma tímida y con un cierto desinterés. Debe ser que los "fresas" necesitan primero tomarse unas cervezas antes de despegar. Mas allá de eso, la música es universal, el joven mexicano de clase media escucha lo que escucha todas las clases medias del mundo. La "desfragmentación del baile", es decir cuando el individuo baila solo o de manera tribal es común. La fiesta no es fiesta sin la "leche" (cerveza) que se toma hasta la madrugada y luego, como Dios manda, se desayuna tamales picantes mientras se ve el amanecer. Los hombres bailan poco, las mujeres adquieren cierta presencia y se individualizan dentro del baile. La pareja al menos que se este “ligando”, no existe. La noche significa la capacidad de ser “otro”. Se olvidan los problemas, pero se anda con cuidado en la calle. Ciudad de México de noche era mejor antes.


IMAGEN 2: Hard Rock Café de Puerto Vallarta. 3: 00 a.m. Entramos a comprobar la “gringización” de la juventud mexicana. Nada más cierto. Un espacio nocturno hecho a la medida. Si tienes Dinero. El elemento de lo estético y el público lo confirma. En un pueblo turístico como este, con 60 establecimientos dedicados al baile, en el sito más gringo de todos, fotos del Rey Elvis, de James Dean, de las grandes bandas de rock, no se ve ni un gringo. Todos son mexicanos, no hay ni un turista. El rock suena a millón: el rock para los “fresas” y los jóvenes en México significa libertad, rebeldía, canalización de las angustias de vivir en una país del mariachi y del tequila. Es por un rato agradable no ser mexicano. Sin embargo ello es imposible, pues el rock también es mexicano, las bandas cantan en español, las letras hablan del amor perdido, de los problemas sociales, de lo cotidiano urbano, de la chica hermosa que se me escapo, del tequila que se necesita para olvidar el “maldito amor”. Como en los otros casos, el público establece una comunión con el baile. Se baila en grupo, no sólo, se baila para declararle al ser joven, un arraigo necesario. Se exclama, se grita, se siente, se vive el momento junto a tu grupo, y luego se pide una coca cola y se vive este lugar tan “gringo”, tan “alejado de todo” lo mexicano. Los espacios nocturnos tienen un precio.

IMAGEN 3: Plaza de los Mariachi, Guadalajara, 700pm. El mariachi reúne a la familia, y es el elemento constitutivo de la fiesta en Jalisco. Mujeres, ancianos, hombres y niños sin importar la hora llegan a celebrar cualquier cosa con un mariachi. Se viene en familia, se baila en familia, y luego se va toda la familia. Se piden los clásicos con un aire de importancia, y se canta como si fuera la última vez. Hay una plaza pública de escasas dimensiones, pero cualquier puede ir a disfrutar de la música. El espacio publico en este caso cuesta poco.


“Night spaces” es un concepto es que pretende explicar el uso del espacio público y las consecuencias para los grupos sociales durante las horas nocturnas. Las imágenes de arriba se repiten de ciudad en cuidad en America Latina con la certeza que los espacios nocturnos son cada vez mas limitados para aquellos que no poseen los medios económicos. La privatización de la noche significa una economía de la noche que debería tener unas particularidades: ¿el trabajo en la noche como es?, ¿el clasismo es nocturno?, el rebusque, la transacción por la seguridad, el costo familiar de trabajar de noche; ¿la prostitución y las drogas también tienen su espacio vital nocturno?. ¿Y las clases populares como quedan en esto?

Estudios en pleno desarrollo…CONTINUARA

jueves, 28 de agosto de 2008

EL ARTE DE LOS SAN - SURAFRICA


El museo abierto más grande del mundo queda en Sur África en la provincia del Cabo Occidental, cerca de un sitio que se llama Clanswilliam. Es la tierra de los San, antiguos habitantes de la planicie africana. Es tierra rojiza, árida, montañosa, dramática en su presentación y sus formas. Las llanuras se combinan con las rocas que saltan de la tierra como monstruos silenciosos.. En la noche todos los sonidos parecen ser el mismo misterio. El museo abierto más grande del mundo es un lugar donde los SAN pintaron toda una serie de imágenes a lo largo de 8000 años. Pintura rupestre repartida en mas de 6000 hectares de terreno.

He aquí unas breves notas de campo:

"ocre, rojo, marrón, arena, blanco: colores básicos y complejos, sensaciones cromáticas que describen toda una historia oral y pictórica. ¿Quienes eran los SAN? ¿Que hacían en la noches para querer pintar? ¿Que anima los movía? ¿Que alimento significa el arte en los seres? Las piedras hablan por si solas. Tienen energía. Yo que nunca he creído admitir (por miedo o incredulidad) ese tipo de cosas, admito la energía de lo que viví: cuerpos, danzas, cacerías, ritos y costumbres, comunicados en piedras fabulosos en un museo a aire abierto, entretejidos por una cierta sacrilidad extinguida (todos los SAN fueron muertos por los colonos blancos), con un aire de tristeza. La danza (aquello mágico que me persigue en todos mis viajes) es representada por muchos hombres juntos pintados en rojo , unidos por líneas rojizas y amarillas, interconectados como una cadena de danzarines, unidos por una euforia común: ¿Celebran la cacería, un matrimonio o la bondad (el frío) de la noche? Sensaciones múltiples de desesperación, somos testigos de la belleza de lo que puede crear el ser humano, y la vez como otros pueden destruir toda una mitología milenaria (celebramos el arte - luto produce el silencio de las cuevas). Buscamos explicaciones que solo se encuentran con el silencio, como los amantes que se separan sin saber porque. El arte respira la nostalgia de "ser descubierto" y estudiada por los mismos descendientes de los blancos que mataron a los SAN.”
La pintura en este caso es una forma literatura, son imágenes que comulgan con las grandes literaturas del mundo, son testimonios de vida, de aprendizaje, de un animismo vivido (y no fabricado en un cuarto con aire acondicionado en algún lugar del mundo "moderno"), en un ecología infeliz (faltan las personas, sus voces quizas), pero que en su momento era una gran galería de arte, de humildes templos de sabiduría, de convivencia con lo vivido. A lo lejos, una aparición. Una gacela nos mira como midiendo la distancia del peligro. A la derecha en el fondo cebras en movimiento abrazan el atardecer confundiendo los rojos con blancos y negros. Somos afortunados hijos ese día de todos los colores de la naturaleza."
ggm/ 2002

viernes, 22 de agosto de 2008

Guadalajara Invisible


Un día en Ámsterdam entre a una discusión académica sobre la investigación de un colega mexicano y tuve un encuentro memorable con el pasado, y de paso reinicie una discusión privada (secreta – es decir, conmigo mismo, como algo que te da vueltas en la cabeza) sobre lo hibrido en la sociedad, es decir el pastiche entre lo moderno y lo tradicional, entre lo pagano y lo católico, entre la relación entre el tiempo y el espacio en nuestras culturas. La palabra cultura de hecho es un barril sin fondo, sobretodo cuando queremos analizar la cultura material.

Mi colega al comenzar su presentación identifico su objeto de estudio: el mercado popular de Guadalajara. Wow! que maravilla. Creo que de todos los mercados que he visitado en mi vida debe ser uno de los más grandes, bellos y sublimes mercados del mundo. Siempre pensé que era un templo de todo lo representa México y trate varias veces de escribir mis impresiones pero sin éxito definitivo. Tome unas notas ese día en la presentación de mi colega, pero me pareció tan aburrido su explicación, su categorización de las cosas, su pretexto de investigación, que abandone el proyecto hasta hace poco. La frase de Proust se aplica en este caso: "uno no se acuerda de los lugares, sino de las experiencias en esos lugares". Es decir, los lugares representan recuerdos de esos espacios. Divagaciones, quizás, pero con una carga emotiva y afectiva que “define” el lugar por lo que ocurrió allí.

El mercado en Guadalajara tiene tres pisos. Los tres pisos representan todas las etapas de la historia de México. Quisiera empezar por el tercero (no se porque - quiero salir rápido de lo moderno para entrar en lo tradicional seguramente) en donde televisores, lavadoras, reproductores y todo lo que significa “lo práctico” en la vida de los seres. El mercado es una metáfora de locales que presentan los últimos productos de moda y que por estar arriba (en precio y localización) son inalcanzables para la mayoría de la población, por lo menos para los jóvenes. La excepción es por supuesto el objeto más codiciado y económico del lugar- los CDs y DVDs piratas. Hay literalmente miles de películas y juegos- testimonios de una necesidad feroz de lo audiovisual. La imagen por encima de la lectura. La imagen como escape a la realidad social. La imagen como acompañante de la soledad. Son los "libros" modernos, los que educan al pueblo en sus modas y "nuevas costumbres", los que enseñan la desesperanza en las clases sociales, el progreso material, las nuevas formas de la sexualidad, el "american way of life" en pastillas, la incongruencia entre "lo que tengo" y lo que "no puedo comprar". Soñar cuesta apenas 15 pesos por película.

En el segundo piso están lo textil y el calzado. Representa una extraña combinación entre ropa moderna y tradicional, ropa que se usa para mostrar y para trabajar. En realidad no me interesa la ropa: Me interesa más las personas que suben a comprar. El 90 % son mujeres que van a satisfacer el sano juicio de la compra de ropa. Buscan la prenda atractiva, la que resuma su estado de animo, la que combine con X o Y, la que asuma su feminidad, la que haga de sus amantes/ maridos / novios/ olvidar por un momento lo cotidiano. Lo textil, como nos vestimos es nuestra tarjeta de presentación. En una ciudad tan conservadora como Guadalajara, la ropa indica condición social, preferencia sexual, modas y hábitos, pesadez y levedad ante los demás. ¿Los atuendos son clasistas o uniformadores? ¿Modifican la percepción del joven frente a los demás? ¿Determina el empleo de la gente en términos de cómo “debo ir” vestido y por ende como debo comportarme”?

La planta baja representa los tesoros mexicanos, el legado ala humanidad, es decir todo lo que se refiere a alimentos en las miles de variedades que se puede pensar sobre México. ¿Que puede significar una cultura que utiliza unos 85 tipos de chiles probados? Las decenas de especies, los colores de las frutas, la magnificencia de la comida servida en el mercado, la importancia de la presentación, hace pensar de una civilización que asumía (o asume) los placeres del paladar como importantes. Hay estudios que demuestran igualmente que el picante quita el hambre, es decir que las razones antropológicas son a veces de supervivencia. Pero la comida explica el trasfondo del mexicano. Mientras que los equipos electrónicos y la ropa son por lo general un acto de consumo individual, la comida es un acto colectivo, poderosamente familiar, núcleo de todo lo demás.

Como la mayoría de las culturas mediterráneas, el acto de comprar comida es un acto profundamente familiar. Hasta el hombre participa en buena medida. En el centro del rito esta la tortilla milenaria, pero alrededor están las carnes, las especies, los vegetales y los pescados y mariscos. El mercado representa la forma como se construye la dieta de la ciudad. El mercado es igualmente un sitio para comer: desayunar, almorzar, cenar. Los obreros desayunan tostadas de ceviche, almuerzan tacos al pastor y cenan chiles rellenos.

La modernidad se construye en estos tres pisos. Plantea la necesidad al ser mexicano a conocer su realidad pasada, presente y futura. Lo condiciona no solamente en sus patrones adquisitivos, sino en su manera de ver la realidad, de relacionarse con su contexto, de conocer y permear lo moderno con lo tradicional y fusionarlo. El mercado administra los gustos de lo popular.
GGM/2006

domingo, 17 de agosto de 2008

Invisible en Paris


Hay personas que esgrimen Paris con la facilidad viajera de ir a las direcciones más conocidas que todos frecuentan. Serán turistas y su paso será temporal y predecible. Irán a Montmartre con el atardecer y a la torre Eiffel con la noche y caminaran inciertamente por las calles de los museos. Otros más atrevidos intentaran perderse entre las infinitas calles del barrio latino, solo para sucumbir ante la topografía montañosa.

Algunos habitantes de Paris han llegado allí en busca de su identidad. Extranjeros o franceses de otras regiones, comulgan todos los días con el metro y los pensamientos del hogar. Buscan una ruta que los haga más cosmopolitas frente a la avalancha cultural de la ciudad, pero su nostalgia sigue siendo uno de los ingredientes de su vida cotidiana. La soledad se viste de noches frías. Algunos han logrado justificar su existencia y su soledad con alguien a quien aman. Otros estudian. Los más atrevidos (o inteligentes) dicen haber vivido Paris como una etapa de su vida.

En este contexto llegue una tarde a Paris. Me incorpore a su vida con una sed de venganza. Tenia años evitándola, aquella ciudad de mi juventud que me había dado tantas formas de amor. Al instante de llegar ya me sentía solo y a la vez enamorado. Aquellas veces que fui no permití el lujo de caminar por los vecindarios, ni quise pretender dejar sola a la persona que me acompañaba. Esta vez establecí mi soledad como el núcleo central de esta visita y me permití dejar llevar por varios amigos y conocidos que ahora se habían convertidos en mis guías (espirituales, porque al final yo les indicaba mi deseo de conocer un tipo de Paris que ellos se imaginaban y allí me llevaban, con la interpretación de su mente). Así de esta manera termine en una aldea (ahora suburbio) en donde Trosky había dejado su huella en la cantidad de estudiantes marxistas y gentes de las más diversas corrientes revolucionarias. Era un barrio parisiano rodeado de altos edificios incrustado en el medio de la decadente modernidad de lo urbano. Esa noche conocí la soledad de los vascos franceses refugiados en un bar restaurante de dudoso exterior, con banderas vascas en el interior y decoraciones de nostalgia. La comida fue de una honestidad irrepetible.

Cada quien que asuma su soledad. La soledad del vendedor de rosas que va de mesa en mesa por la noche, normalmente inmigrante que quizás un día tuvo la esperanza de haber llegado de lejos a Paris en busca de algún tipo de “oportunidad”. ¿El vendedor de rosas con quien sueña? ¿Qué hace en su tiempo libre? ¿Qué añora?

Camino por el barrio judío ahora apropiado por los homosexuales parisinos que han encontrado en este ambiente un lugar donde aislarse. Que propicio, dos comunidades una religiosa y otra que inspira un estilo de vida, viviendo lado a lado la soledad que les ha impuesto (en ambos casos) los siglos de soledad social. En un restaurante judío conviven los dos grupos (con algún grado primitivo de condescendencia mutua), la familia judía clásica con la pareja de novios que hablan de su próximo viaje a Ibiza.

La soledad del inmigrante extranjero es palpable. En el metro hay mas gentes de todas partes del mundo y pocos “franceses”. Algunos de ellos muy deprimidos, otros mas alegres que quieren cohabitar en el primer mundo, pues de alguna manera o forma (las razones son miles y cada una mas contradictoria que la otra) han sido rechazados por su país o región. Conocen solo las memorias, los momentos que vivieron en sus países; quizás lo mas seguro es que tornen su soledad alrededor de estas memorias, las fotos de familia, las comidas que preparen con añoranza (nada sabe igual fuera del país de uno), y las periódicas reuniones con compatriotas que tienen otro conjunto de memorias. Así las memorias (o los recuerdos) se convierten en pesadas cargas que alivian el alma, o por lo menos dan una sensación de identidad (a veces colectiva, aunque al final siempre individual) que se traduce en una lenguaje de justificación constante. La soledad, pienso, sigue siendo la única constante.

La consecuencia física de la soledad de los inmigrantes, sobretodo cuando son muchos de un mismo país es el ghetto. Es un lugar que cumple una doble función. Los parisinos logran ubicar al “otro” en un mismo lugar y así controlar socialmente a una población extraña. Los extranjeros por otra parte logran ubicar sus memorias dentro de un espacio físico determinado. Por ejemplo el Barrio Chino de Paris, ocho cuadras de tiendas, cines, centros comerciales, bancos, panaderías, supermercados, todos en el idioma chino. En un supermercado de tres pisos no se encuentra ningún extranjero. Los chinos han logrado reproducir su “habitat” y crear el “efecto” de la permanencia de sus “memorias”. Microcosmos de estos espacios encontramos entre los árabes, los colombianos, los vietnamitas y los africanos de habla francesa. Al frente de la Gare du Nord están tres manzanas de comercios hindúes, todos perfectamente reproducidos de memorias e imágenes de la India, Pakistán, Islas Reunión y Sri Lanka. A veces pareciera que son las memorias de los inmigrantes que viven en Paris. Otras veces parece que se reproducen estas tiendas y comercios en la medida en que los parisinos les gustaría ver: las tiendas de saris, el aparente desorden de los supermercados, el extranjero transportado, exótico que habla mal francés y que interpreta los gustos de los clientes la posibilidad de conseguir la comida que pudo probar en mis ultimas vacaciones.. ¿Quién construye esta imagen? ¿Quién se beneficia o perjudica? La modernidad de una ciudad como Paris combina entonces la historia de una ciudad Europa con lo exótico de sus más recientes habitantes, con la historia reciente de la globalización, del turismo global.

El precio de la soledad en Paris se asume como en otras ciudades. “Estoy solo, pero no debo dejar de salir a participar de la soledad de los demás”, caminando las calles y avenidas atiborradas de gentes, sobretodo turistas (que vienen a ver los edificios de Paris, no el espectáculo invisible de la soledad). Las reuniones colectivas en Paris son excusas para desafiar la soledad sostenida de sus gentes. Teatro, exposiciones, ferias, mercados, conciertos, y cientos de eventos a la semana desafían la soledad del metro, de la calle, de los apartamentos tipo estudio (el promedio en Paris es 1,4 personas por casa), de los cines; en una batalla por curar lo individual (y sus manifestaciones mas nefastas como el suicidio) por lo colectivo, en forma de fiesta o de asociación grupal. A diferencia de los pueblos y las aldeas donde todo el mundo se conoce y la invisibilidad es relativa o nula, en la ciudad los seres pueden llegar a ser invisibles.

2004

viernes, 15 de agosto de 2008

divagancias

  • La comida mas extraodinaria es aquella que no he probado todavia...esta ubicada sin duda entre tailandia...vietnam y indonesia...sus sabores son picantes, hay algo de mariscos, de vegetales y hay un arroz puro que acompaña la comida y el espiritu.
  • La vida es un una búsqueda permanente de amor. Las ausencias como las estrellas son solo episodios que titilan pero que no representan la escencia de la vida.
  • Somos hijos del tiempo. El tiempo es esperanza. La frase de Octavio Paz tiene un doble significado. El tiempo es nuestro karma occidental. En oriente el tiempo tiene otros significados. El tiempo es la única arma que tenemos contra la apatía.
  • La papa es originario de Peru. ¿que sería de europa sin ese túberculo? Millones de personas hubieron muerto y lo que es peor no se hubieran inventados las papas lajeadeas a la dijon...
  • Odio el tráfico. me produce una especie de rechazo a la especie humana.
  • Los latidos de mi corazon cambian cuando estoy contigo. Tienen un ritmo distinto, una odulacion de luna, son esferas y palabras que no puedo describir.
  • Los delfines son la maxima expresion de libertad e inteligencia. Las madres delfines son las mas consentidoras de los animales. Todos quisieramos una mama delfin.
  • Siempre pienso en la luces de la noche en una ciudad. ¿que son? ¿que esconden? ¿unos amantes en plena faena? ¿un estudiante leyendo a marx? ¿un violinista practicando? ¿un amigo que no tiene amigos?
  • Los animales del bosque se esconden siempre de los demas. Son como las personas, sin las mismas dudosas contradicciones...

martes, 12 de agosto de 2008

BREVE RECORRIDO POR LA GASTRONOMIA MUNDIAL


Las Américas:

Comida Canadiense: No existe. Hay un rumor de un sándwich particular de pavo pero no es cierto.
Norteamericana: tan variada como buena. Destaca la del sur de Estados Unidos. Todo frito. Quizás las mas interesante es la californiana: vino, vegetales, buenas carnes todo en sana armonía. NY es el centro mundial de la comida. Texas tiene un plato fundamental EL PRIME RIB carne macerada en un tonel lleno de especies y cocinado levemente.
Mexicana: capitulo aparte. BARROCA, extraordinaria, construye todas las combinaciones de especies, carnes, vegetales y condimentos posibles. En mi humilde opinión la comida de Puebla debe ser entre las mejores de la Tierra, solamente el mole poblano tiene 28 especies. México es comida.
Panamá: no hay arepas, ni empanadas, es como ir a un desierto recién descubierto.
Guatemala: hermosa cocina llena de leyendas y mitos.
Colombia: Comida criolla con muchas posibilidades. Nombres hermosos: cuchuco, mazamorra, ajiaco, sobrebarriga, mute, etc. Colombia es carne, arepas, sopas, porciones descomunales pero poca iniciativa creativa. La cocina árabe costeña es la excepción.
Peruana: quizás la mejor cocina del mundo. Elaborada, mitológica, llena de sabores: cilantro, picantes, cebolla, tomate, papas la cocina limeña es quizás la mas artística y completa de todas. La Parihuela es la mejor sopa que ha diseñado la humanidad.
Chile: es mar. Es Empanadas grandiosas. Los chilenos comen mal pero tienen productos del primera. No saben servir lo que tienen. Gozan con erizos, locos, machas, langostas y cangrejos gigantes (centollas).
Argentina: La mejor carne del mundo. Punto. Todas las carnes. Argentina sobretodo Mendoza resumen el éxito de la concubinato entre los italianos y los argentinos para crear algo que no tiene limite junto con el vino.
Uruguay: hay un sándwich también, que incluye huevo, carne mayonesa y diez cosas más. Horrible. La carne también tiene sus meritos propios.
Brasil: tiene muchas clases y formas pero en general es pesada, dependiente de las carnes y con miras a una evolución importante. Es tan variada que prefiero no emitir opinión.
Trinidad y Tobago: el crisol , el paraíso de todas las culturas: caribe, África, india toda juta para formar unos sabores que solo pueden ser orgásmicos. Total adoración a los curries y a los tubérculos.
Republica Dominicana y Cuba: adoración por el cerdo y el pollo, el plátano y los frijoles. A esta edad a veces me provoca pasar de largo.
Martinique y Barbados: las dos propuestas mas serias del caribe. Comida de supervivencia hecha gourmet donde los picantes de mostaza son extraodinarios.

Europa:

Irlanda, Gales y Escocia: No existe. En Escocia hay salmón y el plato nacional es estomago de cordero preparado en salsa de menta. Asqueroso. Gales es el país mas pobre de Europa.
Inglaterra: No voy a defender a nadie aquí. pero hay realidades interesantes. En este país se han inventado varios platos hindúes muy ricos. En los pubs hay comidas muy caseras que valen la pena: carnes, salsas, quesos raros, abundancia de papas. La calidad es mala. Los ingleses no necesitan excusas para flagelarse.
Escandinavia: comida austera pero bien lograda. Comidas comunitarias. Comidas femeninas. Destaca el alce y el venado. Rodolph y Bambi encuentran su muerte aquí.
Holanda: no les gusta comer, no saben comer, y lo único interesante son sus pescados y mejillones, de resto paso.
Bélgica: la mejor cocina del norte de Europa sin duda. Variada. Pesada. Francesa con gusto.
Cocina Mediterránea: vale la pena la nomenclatura totalitaria. La cocina de este mar tiene siempre cosas particulares las une. Sabor a Mar y a Oliva. Austera pero fresca. Condimentada pero no en exceso. Sencilla de preparar. Vegetales son la base de todo. Pasta, Arroz, Sémola, los granos son complementos importantes. Es el matrimonio feliz entre el Oriente y Occidente.
Francia: Capitulo aparte. La comida francesa real es abundante, fresca, pesada, variadísima y muy regional.
España: regional. Producto de muchas culturas. Poco imaginativa pero llena de cosas sabrosas.
Portugal: mejor que la de España. completa. Muchos aromas y colores. El bacalao es testimonio de su grandeza.
Suiza: comida de pobres para compartir a precios millonarios. Sin detalles cumple una función social importante. El otoño trae lo mejor de la cacería.
Alemania: Tan variada como se quiera pensar. Para comer en Alemania hay que estar preparado a tragar grandes degustaciones de comida poderosamente elaborada. Sueño con morir en Alemania en medio de una orgía de comida.
Polonia: Nada que ver. Col con papas.
País Checo y Eslovaquia: Idem
Hungría: Yougurt y Glouash. Menos mal que hay alcazecer.
Italia: Amor de mis amores. cada región, cada pueblo tiene una historia culinaria. Placeres en la comida mas sencilla y en algunas partes elaboradas. Sorprende de los italianos que su vida es comer bien y luego otras cosas mas mundanas.
Turquía y Chipre: la síntesis de las comidas. Especies, cordero, salsas tenues todo dentro de una simetría hermosa de colores.

Asia:

Líbano, Siria, Armenia, Kurdisquistan: Comida de los sentidos y para compartir. Hay pocas cosas tan ricas como la frescura de esta cocina.
Irán: la comida del azafrán y de los arroces. Parece algo totalmente mágico comer iraní pues hay dulce y salado, picante y sabores nuevos todos mezclados.
Rusia: la incluyo aquí porque Rusia es mas que papa y vodka. Rusia son salsas y carnes, grandes cocinas desconocidas y muchas recetas por descubrir.
China: cuatro cocinas predominan aquí: Hunan (salsas suaves, usan fideos), sechzuan ( picante, mucho arroz), Cantones (dulce y salada), Pekinesa (carnes y vegetales mas que arroz) así como infinidad de cocinas regionales. A mi gusto la Sechzuan resume todos los saberes. Lo único que no comen los chinos son patas de oso, corazón de lobo y pulmones de perro debido a que son incocinables.
Malasia: Comida de múltiples sabores, carnes espesas y muchas especies.
Indonesia: comida casera, deliciosa, arroz, cerdo en abundancia, de mis favoritas.
Tailandia: la mas elegante de las comidas. sabores fuertes y picantes sobretodo en el norte. Comen literalmente todo.
Vietnam: comida más básica que la Thai pero igual de picante.
Japón: Es rara. No es sushi. es una cantidad de preparaciones algo babosas muy austeras. Los pescados son lo mejor y las parrillas. Japón juega con la elegancia, con el estilo, con lo bello. Su comida es como ellos, rectilíneos.
India: capitulo aparte. Tantas cocinas como ciudades tiene la India. Pasaría horas hablando de ella. Creo que el elemento común es la sazón tan particular, los colores y el tiempo de cocción que a veces dura días.
Sri Lanka: cocina muy interesante y complicada. Son arrechos estos tipos pueden comer curry en la tres comidas.
Maldivas: pescados al curry, empanadas de todo tipo es de las comidas mas interesantes por su sabores a mar.

África

Países Árabes: hay algo de familiar en la comida árabe, un formula mágica de buen gusto, de compartir de frescura. Perfecto para un día de calor.
Kenya, Nigeria y Gabón: Yuca, Plátano, frijoles, todas las cosas que comemos nosotros en otra presentación. Fascinante.
Etiopia: se come con las manos el cordero, el cous cous, es riquísimo.
Sur África: cacería, buen vino, comida de mar, este fabuloso país es un paraíso para descubrir sabores nuevos.

lunes, 11 de agosto de 2008

EL CASTILLO DE LOS DESTINOS CRUZADOS


El castillo de los destinos cruzados es quizás el libro más misterioso de Calvino. Reúne todos los géneros condensados: la fabula, la alegoría, el romanticismo, la literatura vanguardista, la moraleja, el cuento detectivesco. Reúne además lo esotérico, las cartas del tarot y otra infinidad de paradojas.

Deja constancia el libro, que dentro de las relaciones humanas todo esta conectado, que las secuencias de los seres son el producto de un destino psicológicamente construido, dentro de una relación del ser y lo que lo rodea, dentro de la belleza que significa la sincronicidad de los hechos. Soy fiel testigo de ello.

Descubrí el libro hace algunos años en Milano (una de esas ciudades con las que tengo una relación de amor y odio) en una mis librerías favoritas en la Galería Victor Emanuelle II muy cerca del Doumo. Es una librería espectacular. Un templo de libros donde uno no sabe por donde comenzar, dos pisos de literatura donde prevalece el buen gusto. En Milano todo es buen gusto, pero las librerías son siempre mis lugares favoritos y los sitios donde puedo perder entre la jungla de libros.

Cuando fui aquella vez a Milano ya Calvino era un viejo conocido para mí. Había estado hace unos meses en Génova, la ciudad junto con Venecia que mas se acerca a "las ciudades invisibles" y ya había leído media docena de sus libros. Es uno de los pocos autores que puede decir que me he leído todos sus libros.

"El castillo..." estaba incrustado en la sección de libros de español. No lo abrí para ojearlo sino simplemente me llamo la atención el titulo pero no lo compre. Esa noche fui a comer a mi restaurante favorito en Milano que se llama la Giara. Es un restaurante regional de la Puglia. Recuerdo siempre claramente lo que como allí porque el menú es limitado: vegetales frescos enteros en un dip de aceite de oliva - mozarella de búfala granitada al carbón con albahaca fresca - pasta y ceci (con garbanzos), cordero a la brasa en estragon y tomillo y tiramisu. No me excuso, es lo que normalmente como allí y vale la pena esperar 1 hora a veces para que la NONA venga a darte una mesa. El vino es a volonte, es decir, mínimo una botella. Como veras disfruto mucho la Giara.

Mientras comía pensaba en el libro (el castillo de los destinos cruzados). En ese mismo instante ocurrió el milagro, entro al restaurante Mauro Cipparone, un amigo que tenia 14 años sin ver - increíble! . Parecía un fantasma de esos que se aparecen en el medio de la nada. Mauro era como mi hermano. Nos conocimos en una playa holandesa en una conferencia cuando teníamos 18 años! Es una historia larga que no vale la pena contar aquí. Vale la pena decir que después de Holanda nos vimos muchas veces más en Alemania, Suiza e Italia. Juntos hicimos teorías fantásticas de como conquistar a las mujeres, bebimos hasta arrástranos por la calles de Baden Baden, lloramos cuando el Inter de Milan perdió la Eurocopa y compartimos la satisfacción de varios trabajos bien hechos con sus correspondientes recompensas. Éramos Hermanos (o somos).

¿Que hacia Mauro allí? Que hacia un romano como el en Milano? que hacia en la Giara? ¿Porque precisamente el día que estaba yo? ¿Porque? ¿Porque tantas cosas?
¿Porque conocemos personas o tenemos situaciones que cambian nuestra vida, quizás nuestra normalidad? no lo se. Creo que muchas veces no nos damos cuenta la suerte que tenemos, de como nuestra vida puede ser un arco iris de situaciones finamente conectadas por nuestros gustos, olores, sabores y experiencias. Creo en el poder de las palabras y en el cariño como medio de construcción de la belleza.

Con Mauro, luego de un abrazo eterno se produjo precisamente eso, un gran regocijo colectivo que duro hasta bien entrada la noche. Parecíamos el personaje de Maqroll y su amigo Árabe dentro de la obra sublime de Alvaro Mutis, dos almas que se encuentran en medio de una cena en un ambiente que lo cambia todo.

Nos sentamos a platicar de la vida y yo seguí pensando en los libros. El castillo vino a representar el restaurante y los destinos cruzados el hecho que en el medio del universo que constituye cada una de nuestras vidas, el destino (?) nos permitió encontrarnos en ese sitio de placer.

No creo en las casualidades y mucho menos en aquellas que involucran a las personas, a la comida y a la literatura! Son después de todo las tres cosas que me mantienen vivo, o como diría alguien mas pesimista- con ganas de vivir. Nos alimentamos de las tres, en mi caso desaforadamente.

No había duda que la mañana siguiente salí corriendo a comprar el libro el castillo de los destinos cruzados. No hay duda de que la entrada de Mauro había sido una señal de que el libro era un la pieza que faltaba en todo esto.

Extraña combinación de literatura, comida y buena conversación; esa cosa que llama Borges como el “hecho estético” tiene y se mantiene en mi vida como paréntesis fortuitos del destino.