Repensar la ciudad como una
ciudad gastronómica implica necesariamente re-evaluar el servicio que obtenemos
todos los días en los establecimientos de comida de la ciudad. La mitad de una
experiencia gastronómica es relativa a como te atienden en el local y el tipo
de servicio que te dan. Es difícil cuantificar o cualificar el tipo de trato
que recibes en Caracas más allá de las experiencias y anécdotas personales de
cada persona. En el péndulo subyacen muchos factores.
La idiosincrasia del venezolano y
del caraqueño recoge elementos a considerar. Cuando nos sentamos a comer
esperamos que nos traten bien, sin mucha confianza pero con la suficiente para
sentirnos cómodos. Igualmente esperamos que la comida llegue a tiempo, sea de
nuestra agrado y que durante la comida el servicio sea bueno. Bajo estos
criterios, salimos sorprendidos en Caracas cuando nos atienden bien. La percepción
popular es que en nuestra ciudad el servicio no es bueno o por lo menos dista
de ser aquel que se encuentran en otras latitudes. Sobran las experiencias
donde nos tratan mal, donde el servicio es lento o atosigante, o aquellos
cuentos de que la comida era buena pero el servicio hacia de la comida un acto
para olvidar.
Parece acertada la filosofía de
Edgar Leal de que es indispensable entrenar bien al personal para que ofrezca un
buen servicio. Pero creo que el asunto va más allá de eso. Hay que crear un
sentido de identidad del personal que trabaja con el concepto, la idea, las
opciones que ofrece el local. Antes (digo antes porque aún puede estar presente
en algunos sitios de Caracas) existía un tropa de mesoneros, dueños, cocineros,
personal de un local que te atendían con
todo el sentido de lo que significaba el sitio que ellos regentaban. Es raro
encontrar hoy un sitio en Caracas que conserve el “calor de hogar” de un buen
servicio. Mas específicamente que conserve esa identidad de local que te invita
que a la comida no se lo único que te vas a llevar como premio del festín, sino
que va a haber una genuina atracción a volver post facto – “porque nos atendieron muy bien”
– . Esos lugares son las joyas perdidas de la ciudad.
Una Caracas gastronómica tiene
que pensarse como un sitio en donde la bondad del servicio este al alcance de
todos: en panaderías, pastelerías, restaurantes, bistro´s, fuentes de soda,
areperas y tiendas de gastronomía. Una Caracas gastronómica tiene que pensarse
desde como logramos que cada aventura a salir a comer se convierta en una
experiencia que genere buenas percepciones en torno al servicio. Al final del
día son las percepciones las que cuentan. Una buena comida no esta completa si
te atienden mal. No importa lo “chic” o sencillo del lugar – muchas veces las
mejores comidas se dan en los mercados públicos del interior, donde la dueña no
sólo te hace sentir en casa sino muestra con orgullo sus productos y su
resultado final – o algunos locales que todavía quedan en Caracas – donde la
palabra cariño se interpreta por la sensación de que el proceso de comer pasa
por varias sapiencias, por un rito de hacer sentir bien al comensal por un culto al buen servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario